EL VERBO

Para alivio de los estudiantes, el sistema verbal del griego moderno es inmensamente más simple que el del griego antiguo. De todos modos, exige mayores consideraciones que, por ejemplo, el inglés, aunque sin llegar a la complejidad del sistema verbal español.

Como las lenguas romances respecto del latín (castellano incluido), las formas se han simplificado en general, y hay mucho más perífrasis (tiempos compuestos). El griego moderno retiene, como era de esperar, los tres tiempos (pasado, presente y futuro); asimismo, los dos aspectos durativo y puntual (raíz de aoristo), el perfecto y el imperfecto, el imperativo, el subjuntivo y el condicional; y las formas activas y mediopasivas. Tal como ocurrió con el latín, hay un uso inmensamente más restringido de los verboides: aquí desapareció el infinitivo, y dos participios se usan con el valor del participio moderno castellano y del gerundio.

Iremos detallando las formas en que se da esto, contrastando en muchos casos con el castellano. A efectos de organizar las regularidades, dividiremos la morfología en cuatro tipos de verbos: paroxítonos, oxítonos, oxítonos especiales y verbos "cortos" (paroxítonos vocálicos). Pero antes introduciremos el verbo “ser”, aclarando que, dado que no existe el infinitivo, los verbos se refieren en griego en la primera persona del singular (presente del indicativo); en este caso, είμαι (soy).

Είμαι  (ser, estar)

Presente                                Pasado  

yo                    είμαι                                       ήμουν

                     είσαι                                       ήσουν

él/ella             είναι                                       ήταν

nosotros        είμαστε                                  ήμασταν

vosotros        είστε                                       ήσασταν

ellos/ellas       είναι                                       ήταν

Como el inglés «to be», el verbo  είμαι  resume el significado de los castellanos ser  y estar. Las arriba presentadas son sus únicas formas, que tienen algunas variantes usuales: la segunda del plural alterna en el presente con είσαστε; a  ήταν  se le suele agregar una -ε final (ήτανε), y las dos primeras personas del singular del pasado muchas veces agregan una final (ήμουνα, ήσουνα). Como se habrá observado, las formas de la tercera persona del singular y del plural son idénticas. No tiene formas diferentes para subjuntivo, perfecto o imperfecto. El imperativo, el subjuntivo, el futuro y el condicional se hacen en forma perifrástica: el imperativo y el subjuntivo anteponiendo al presente la partícula  να,  el futuro la partícula  θα,  y el condicional la misma partícula  θα  al pasado.  

La misma simplicidad presenta el verbo “tener” (έχω), que tiene las terminaciones propias de los paroxítonos (“graves”, o más exactamente, acentuados en la última sílaba de su raíz), pero es irregular por su poca variación formal.

Έχω  (tener)

Presente                                Pasado

yo                    έχω                                        είχα

                     έχεις                                       είχες

él/ella             έχει                                         είχε

nosotros        έχουμε                                   είχαμε

vosotros         έχετε                                      είχατε

ellos/ellas      έχουν                                     είχαν

También se suele agregar  -ε  a la tercera del plural (έχουνε, είχανε). Comparte con  είμαι la falta de formas perfectas (de hecho, coherente con su significado de tener=haber, es el auxiliar de los tiempos perfectos, como en el español) diferenciadas de las imperfectas, así como todo lo dicho sobre ese verbo respecto del subjuntivo, el imperativo, el futuro y el condicional.

 

LAS DOS FORMAS DE LA SEGUNDA PERSONA DEL SINGULAR  

Respecto de la segunda persona del singular, el griego moderno hace la misma distinción que los hispanoparlantes respecto del “tú” informal o de familiaridad (generalmente entre iguales o conocidos) y el “usted”, más formal (alternancia que entre los rioplatenses se da entre “vos” y “usted”). En general, los usos al respecto son similares a los nuestros, por lo que la elección de una u otra forma no ofrece mayores problemas a los usuarios de habla castellana.

Pero si bien la alternancia es funcionalmente análoga, la gramática es diferente: nosotros usamos el “tú” con verbos conjugados en segunda persona del singular (al “vos” rioplatense lo seguimos con verbos conjugados en una versión antigua y modificada a través del tiempo de la segunda del plural), mientras que al “usted” le agregamos verbos conjugados en tercera del singular (como en el italiano). En el griego moderno, en cambio, el “tú”  (εσύ)  lleva, correspondientemente, verbos en segunda del singular, pero el equivalente de nuestro “usted” es el pronombre de segunda del plural  (εσείς = “vosotros” / “ustedes”), que va correspondientemente acompañado de verbos conjugados en segunda personal del plural.  Ej:  informal:  Έρχεσαι; (“¿Vienes?/¿Venís”);  formal: Έρχεσται; (“¿Viene [usted]? / ¿Vienen [ustedes]”)

 

EL PRESENTE  

Como dijéramos antes, la primera persona del presente activo es la forma en que se enuncian los verbos en griego (en vez del infinitivo, tal como en el castellano, el inglés o las otras lenguas romances).

Si bien en la evolución prehistórica de la lengua las formas del presente son posteriores, las consideraremos el primer tiempo a ser presentado, dado que, como dijéramos antes, la primera persona del presente activo es la forma en que se enuncian los verbos en griego (en vez del infinitivo), y en cierto modo es el tiempo “básico” que se estudia primero, como en tantos idiomas.

El presente del indicativo del griego moderno es el único tiempo que no diferencia el aspecto puntual del durativo. En inglés, por ejemplo, es frecuente la diferencia entre el presente simple (I go) y el presente continuo (I am going); en castellano, si bien menos sistematizada, solemos hacer la misma diferenciación. En cambio, en griego, en cualquier frase que contenga un verbo en tiempo presente, éste puede ser traducido, según el contexto, con el equivalente español del verbo propiamente dicho, o con la construcción “estar ...-ndo (gerundio)” (Ej: σπουδάζω,  estudio  o  estoy estudiando). Asimismo, y como en tantas lenguas modernas, el presente suele usarse también para dar idea de futuro, si se lo combina con algún adverbio adecuado (“mañana parto temprano”).

Por ahora nos referiremos solamente a las formas de la voz activa; una vez desarrollados los distintos tiempos y modos, daremos los equivalentes, muy importantes en el griego moderno, de la voz pasiva y mediopasiva (que en castellano no cambia la forma del verbo en sí, sino que la construimos con pronombres y/o verbos auxiliares: me amo, soy amado).

Podemos clasificar los verbos en paroxítonos, oxítonos, oxítonos especiales y verbos "cortos" (paroxítonos vocálicos); los cuatro tienen terminaciones diferentes (así como el castellano tiene los tres juegos de terminaciones diferentes a los que llamamos “conjugaciones”: “1ra: amar; 2da: comer; 3ra: vivir”).

Los paroxítonos son aquellos que tienen el acento en la última sílaba de su raíz (es decir, de la parte del verbo que no cambia con las distintas personas). Ej: σπουδάζω, estudiar.

(yo)                             σπουδάζω

(tú)                              σπουδάζεις

(él, ella)                      σπουδάζει

(nosotros)                  σπουδάζουμε

(vosotros)                  σπουδάζετε

(ellos, ellas)               σπουδάζουν(ε)

Como puede observarse, son las mismas terminaciones del verbo έχω (tener), ya presentado. Las dos formas -ουν  y -ουνε  de la tercera persona del plural son igualmente correctas, sin reglas que fijen un uso u otro según el contexto.

Los verbos oxítonos son aquellos que no tienen el acento en la raíz, sino en la primera sílaba de su terminación (es decir, la parte que varía en cada persona), y la terminación de la segunda persona del singular es -άς.  Ej: αγαπώ, amar.

(yo)                             αγαπώ  -άω

(tú)                              αγαπάς

(él, ella)                      αγαπάει

(nosotros)                  αγαπάμε  -ούμε

(vosotros)                  αγαπάτε

(ellos, ellas)               αγαπάν(ε)

Nótese la presencia casi constante de la vocal -ά- en las terminaciones. Las diversas alternativas para la primera del singular -ώ  y -άω, así como las del plural -άμε  y -ούμε, y las de la tercera persona del plural -άν  y -άνε, son todas igualmente correctas, usuales, y no dependen del contexto. También se escucha -ά para la tercera del singular.

Estos dos primeros tipos incluyen la inmensa mayoría de los verbos. Pero también existen aquellos que llamaremos “oxítonos especiales”, que en cierto modo combinan ambas terminaciones. La segunda persona del singular tiene su terminación -είς. Ej: οδηγώ, conducir.

(yo)                             οδηγώ

(tú)                              οδηγείς

(él, ella)                      οδηγεί

(nosotros)                  οδηγούμε

(vosotros)                  οδηγείτε

(ellos, ellas)               οδηγούν(ε)

Afortunadamente, este tercer tipo de verbos presenta sus diferencias con los otros oxítonos solamente en este tiempo. Pero estas terminaciones se usan también para el subjuntivo de todos los mediopasivos, que enseguida veremos.

 

EL PRETERITO IMPERFECTO  

Pasamos al pretérito imperfecto, dado que su construcción es relativamente simple y se forma con la raíz del presente ya visto. Su uso es en principio idéntico al del imperfecto castellano (“yo amaba”).

Los paroxítonos forman el imperfecto con la raíz del presente más las terminaciones de pasado, y acento siempre esdrújulo (tanto las terminaciones como el acento esdrújulo son características de los dos pretéritos, el imperfecto y el indefinido).

(yo)                             σπούδαζα

(tú)                              σπούδαζες

(él, ella)                      σπούδαζε

(nosotros)                  σπουδάζαμε

(vosotros)                  σπουδάζατε

(ellos, ellas)               σπούδαζαν / σπουδάζανε

Los oxítonos (ambos tipos) agregan a la raíz del presente la partícula -ούσ-, siempre acentuada, y las terminaciones de pasado.

(yo)                             αγαπούσ-α

(tú)                              αγαπούσ-ες

(él, ella)                      αγαπούσ-ε

(nosotros)                  αγαπούσ-αμε

(vosotros)                  αγαπούσ-ατε

(ellos, ellas)               αγαπούσ-αν(ε)

También podemos escuchar o utilizar (por analogía con el imperfecto de los verbos "cortos") la partícula -αγ- y con acento esdrújulo, en vez de la partícula -ούσ- acentuada:  αγάπαγ-α, αγάπαγ-ες, αγάπαγ-ε, αγαπάγ-αμε, etc.

Como luego también veremos con el pretérito indefinido, en el caso de los verbos bisílabos, cuando la forma resultante no permite que sea esdrújulo, se le agrega el afijo ε- acentuado (κάνω > έκανα).

Los verbos irregulares  είμαι  (ser/estar)  y  έχω  (tener) no diferencian el pretérito imperfecto del pretérito indefinido; es decir, tienen una sola forma de pasado, ya presentada al principio. De este modo,  ήμουν  podrá traducirse, según el contexto y la intención del hablante, como “era”, “fui”, “estaba” o “estuve”.

 

EL SUBJUNTIVO

Si bien el subjuntivo es un modo y no un tiempo, es conveniente verlo ahora, en términos de estudio, dado que lo utilizaremos para la construcción del pretérito indefinido y el futuro (puntual); amén de sus muchos usos, que incluyen, en general, los habituales del subjuntivo castellano, así como el de reemplazar a nuestro infinitivo, a algunos imperativos, etc.

En el subjuntivo como forma verbal encontramos, generalmente, otra raíz para el mismo verbo: a veces con un pequeño cambio regular respecto de la raíz del presente, a veces una raíz completamente diferente, a veces (pocas) sin ningún cambio. De todos modos, siempre es conveniente incorporar automáticamente las dos raíces de un verbo, al aprenderlo: la de presente y la de subjuntivo, porque desde allí se pueden construir prácticamente en forma regular todos los otros tiempos y modos.

El subjuntivo propiamente dicho se construye con la raíz de subjuntivo y las terminaciones de presente.

En el caso de los verbos paroxítonos es donde observamos la mayor variedad de formación de subjuntivo. Por ejemplo, la mayoría de los de raíz de presente terminada en -ζ  hacen su raíz de subjuntivo regularmente cambiando la -ζ  a  (aunque otros, los menos, la cambian también regularmente por -ξ  o a ).

(yo)                             σπουδάσ-ω

(tú)                              σπουδάσ-εις

(él, ella)                      σπουδάσ-ει

(nosotros)                  σπουδάσ-ουμε

(vosotros)                  σπουδάσ-ετε

(ellos, ellas)               σπουδάσ-ουν(ε)

Otras regularidades (pero no necesariamente aplicables a cada caso) son el cambio de -ν  a -σ, de -β, -π, -υ  y  a  -ψ,  de -γ  y   a -ξ, el acortamiento o alargamiento de la raíz de diversas maneras, cambio de vocal, etc. Y en algunos casos la raíz de subjuntivo es de un verbo históricamente diferente (verbos polirrizos); por ejemplo,  δω  es el subjuntivo de  βλέπω  (mirar),  πω  es el de  λέω  (decir),  φάω  el de  τρώω  (comer).  En suma, si bien en cada verbo es históricamente rastreable por qué tiene tal o cual subjuntivo, en la práctica es mejor, como dijimos, memorizar directamente ambas formas (la raíz de presente y la de subjuntivo), sin hacerse al principio grandes esperanzas de encontrar regularidades, pues éstas siempre serán refutadas por excepciones, y a muchísimos casos no se les puede aplicar ninguna regla general.

Sin embargo, como contraparte, los verbos oxítonos hacen (afortunadamente) su subjuntivo en forma bastante regular: casi todos ellos agregan la partícula -ήσ-, siempre acentuada, a la raíz de presente, y luego, las terminaciones de presente de los paroxítonos (dado que el infijo acentuado modifica el carácter de oxítono del verbo).  

(yo)                             αγαπήσ-ω

(tú)                              αγαπήσ-εις

(él, ella)                      αγαπήσ-ει

(nosotros)                  αγαπήσ-ουμε

(vosotros)                  αγαπήσ-ετε

(ellos, ellas)               αγαπήσ-ουν(ε)

Algunos pocos verbos oxítonos agregan -έσ-, en vez de -ήσ-, y otros (muy pocos), -άσ-.

Los verbos irregulares είμαι  y  έχω  no tienen formas propias de subjuntivo. Tampoco algunos otros verbos muy usuales, tales como  κάνω (hacer),  ξέρω (saber),  περιμένω (esperar),  αρέσω (gustar), en los cuales, entonces, la raíz de subjuntivo coincide con la del presente.

 

USO DEL SUBJUNTIVO 

El subjuntivo se usa mucho y no siempre lo traduciremos del mismo modo. En principio, es el equivalente de nuestro subjuntivo castellano (que ame). En ese caso, irá generalmente precedido de la partícula  να, típica del subjuntivo. Ej: Quiero que escribas, Θέλω να γράψεις.  Pero cabe consignar que es propio de la raíz de subjuntivo su matiz puntual o instantáneo, que refiere a un momento determinado, “congelado” del tiempo (que puede también ser general, “fuera del tiempo”). En el ejemplo dado, es “Quiero que comas (ahora) (mañana) (en general)”, según el contexto.

En cambio, en el caso de querer marcar una idea de continuidad, repetición o inicio, se usa también la partícula  να, pero con la raíz de presente (dicha raíz de presente tiene una idea de duración temporal, por eso se usa para el pretérito imperfecto). Para el ejemplo dado, Θέλω να γράφεις, Quiero que escribas (cada día) (hoy, mañana y pasado mañana) (que empieces a escribir)”, según el contexto.  

Algunas conjunciones, adverbios y subordinantes llevan naturalmente verbo en subjuntivo, como en castellano (que venga”, “hasta que venga, cuando venga”,  apenas venga”,  que no venga”,  si viniera”, etc.). Las más habituales son: θα, να, ας, όταν, μόλις, πριν, μη(ν), αν. Por supuesto que siempre está vigente la diferenciación ya mencionada del aspecto puntual del aspecto durativo, que utilizarán la raíz de subjuntivo en el primer caso, y la de presente, en el segundo.

Como en el castellano, el subjuntivo se usa también para dar idea de orden (imperativo) cuando no disponemos de esa forma, ya que el imperativo propiamente dicho se usa sólo en la segunda persona (podemos decir ¡Escribe!  o ¡Escribí! , pero en primera del plural usamos el subjuntivo: ¡Escribamos!, o dar la orden respecto de un tercero: ¡Que escriba!).

Una característica propia del griego es que perdió el infinitivo (“amar, comer, vivir). En general, en todos los casos en que en castellano o en inglés usaríamos el infinitivo, debemos usar el subjuntivo, especificando la persona, y con las distinciones consignadas de aspecto puntual/durativo. Cuando el uso del infinitivo tiene en castellano un matiz final o de propósito (“vine a comer”, “estoy esperándote para empezar”), el griego en general no usa la preposición correspondiente για (“a” o “para” castellanos), sino sencillamente la partícula mencionada de subjuntivo  να.

Con el verbo impersonal  (μου) αρέσει (me gusta)  y los verbos  αρχίζω (empiezo a),  σταματάω (dejo de),  συνεχείζω (sigo, continúo)  y  ξέρω (sé, conozco)  se suele emplear el subjuntivo continuo (es decir,  να + presente).

 

EL FUTURO  

El futuro griego no tienen una forma propia, se hace con más de una palabra (como nuestro cada vez más usual “voy a” castellano, sobre todo rioplatense), y es sencillísimo: se antepone la partícula  θα  al subjuntivo, en el caso de tener un matiz puntual o general, y sino al presente, en el caso de tener un matiz durativo, continuo, repetitivo o initivo, como ya fuera consignado al desarrollar el subjuntivo.  Ej: θα αγαπήσω / θα αγαπώ, (amaré o voy a amar), en el primer caso en un momento determinado o en general, y en el segundo caso poniendo el acento “en tales y cuales momentos”, “durante”, etc., según el contexto.

 

EL IMPERATIVO

Como el subjuntivo, el imperativo tampoco es un tiempo, sino un modo, y al igual que en castellano, está íntimamente ligado a aquél, con, además, formas propias para la segunda persona (tú / vosotros).

Para todas las personas (incluida la segunda del singular y del plural) puede usarse la partícula de subjuntivo  να  más subjuntivo (si la orden es para una acción puntual, ahora, que termina en seguida), o  να  más presente (si la orden pone el acento en el incio, la repetición, la continuidad o la duración).

Lo mismo vale para la exhortación negativa o prohibición, que, como en castellano, también usa el subjuntivo (en general, para prohibir, no decimos “No ven/venís”, sino “No vengas”, es decir, a la partícula negativa “no” le agregamos subjuntivo, no imperativo). La partícula negativa de subjuntivo (incluida la exhortación negativa) es  μη(ν), que puede ir o no precedida de  να. En cambio, la partícula que niega el verbo en modo indicativo es δε(ν), y el adverbio oracional, όχι.

A estos imperativos los podemos llamar “perifrásticos”, es decir, que usan más de una palabra. Pero también, como dijimos, existe exclusivamente para la segunda persona un imperativo con forma propia, “monoléxico” (de una sola palabra), como en el castellano (“¡Ven!” “¡Venid!”; rioplatense: “¡Vení!” “¡Vengan!”).

En los verbos paroxítonos, el imperativo monoléxico se construye con la raíz de subjuntivo o de presente (según se quiera acentuar el aspecto puntual o el durativo, respectivamente);  para la segunda persona del singular se usa la terminación  -ε  con acento esdrújulo, y para la segunda del plural,  -(ε)τε  (la -ε- cae si lo antecede el sonido "s") sin correr el acento:  Ej: σπουδάζω (estudiar), imperativos  σπούδασε  (singular: “¡estudia!/¡estudiá!”)  y  σπουδάστε (plural: “¡estudiad!/¡estudien!”); para el matiz durativo, en este caso particular cambiaríamos la de la raíz de subjuntivo por una -ζ, para que quede raíz de presente.

Los oxítonos hacen su imperativo monoléxico en la segunda persona del singular con la raíz de subjuntivo más   y acento esdrújulo, de querer dar valor puntual, o con la raíz de presente más    y acento grave, para el valor continuo; y en la segunda del plural, con la raíz de subjuntivo más la partícula -τε  y acento grave, para el matiz puntual, y la raíz de presente más  -άτε  con acento grave, para el matiz durativo.  Ej:  αγαπώ (amar), imperativos puntuales  αγάπησε  (singular: “¡ama!/¡amá!”)  y  αγαπήστε  (plural: “¡amad!/¡amen!”); imperativos continuos  αγάπα  (singular) y  αγαπάτε  (plural).

 

EL PRETERITO INDEFINIDO

El pretérito indefinido, llamado en griego  αόριστο  (literalmente, “indefinido”), dado su carácter puntual (o eventualmente general) para referirse al pasado, usa la raíz de subjuntivo más las terminaciones de pasado y acento esdrújulo.

(yo)                             σπούδασ-α

(tú)                              σπούδασ-ες

(él, ella)                      σπούδασ-ε

(nosotros)                  σπουδάσ-αμε

(vosotros)                  σπουδάσ-ατε

(ellos, ellas)               σπούδασ-αν / σπουδάσ-ανε

 

(yo)                             αγάπησ-α

(tú)                              αγάπησ-ες

(él, ella)                      αγάπησ-ε

(nosotros)                  αγαπήσ-αμε

(vosotros)                  αγαπήσ-ατε

(ellos, ellas)               αγάπησ-αν / αγαπήσ-ανε

En el caso de que el verbo sea bisílabo, suele agregar una sílaba inicial (generalmente la  έ-)  para poder darle su carácter esdrújulo, típico del pasado en el griego moderno; esa sílaba inicial es también característica del pasado en el griego antiguo, y se la llama “aumento”. A veces, y por su filiación con el aumento obligatorio del griego antiguo, dicho aumento se escucha de todos modos, por más que no hubiera sido necesario agregar una sílaba a la palabra para permitir que sea esdrújula (lo mismo podemos encontrar en el imperfecto).

Ej:  verbo  βάζω (poner), subjuntivo bisílabo  βάλω, aóristo  έβαλα.

(yo)                             έβαλ-α

(tú)                              έβαλ-ες

(él, ella)                      έβαλ

(nosotros)                  (ε)βάλ-αμε

(vosotros)                  (ε)βάλ -ατε

(ellos, ellas)               έβαλ-αν / (ε)βάλ-ανε

Algunos verbos bisilábicos son más complicados: suelen ser irregulares, y el aumento generalmente es  εί-  o  ή-. Tal el caso del aóristo de algunos pocos verbos usuales, como λέω (decir), que es  είπα (είπα, είπες, είπε, είπαμε, etc.), el de  πηγαίνω  (ir), que es  πήγα  (πήγα, πήγες, πήγε, πήγαμε, etc.), o el de  βλέπω  (ver), que es  είδα (είδα, είδες, είδε, είδαμε, etc.).

A veces en el pretérito indefinido encontramos una ligera modificación de la raíz del subjuntivo que obedece a motivos fonéticos históricos (sobre todo cuando el verbo es compuesto, es decir, está formado con un prefijo, tal como, en castellano, “componer”, “disponer”, “proponer”, “anteponer”, son todos compuestos del verbo “poner”); en dichos casos, la variación del aóristo podremos generalmente deducirla conociendo la raíz de subjuntivo del verbo del cual derivan.  Ej:  αναλαμβάνω  (recobrar), con subjuntivo  αναλάβω, pero con aóristo  ανέλαβα, dado que proviene de  λαμβάνω  (recibir), con subjuntivo  λάβω  y aoristo regular  έλαβα.

 

EL CONDICIONAL

En el modo condicional del griego moderno encontramos resumidos el potencial simple (“amaría”) y el imperfecto del subjuntivo español (“amara o amase”), situación que coincide con la mezcla o confusión de usos cada vez mayor en el castellano moderno, sobre todo rioplatense. Su construcción es perifrástica y simplísima: la partícula que usábamos para el futuro  θα  más pretérito imperfecto:  θα σπούδαζα  (yo estudiaría, estudiara, estudiase),  θα αγαπούσα (yo amaría, amara, amase).

Se suele usar en los mismos casos en que nosotros usaríamos los tiempos y modos antes mencionados; sobre todo en frases condicionales (“Si me amara, sería feliz”), que, de todos modos y como en castellano, también pueden formarse o combinarse con presente y/o futuro del indicativo; también es frecuente en pedidos corteses (“¿Podrías cerrar la puerta?”), etc.

La partícula subordinante condicional equivalente al “si” castellano es  αν.

Como en castellano, el condicional expresa posibilidad en el pasado, el presente o el futuro cuando se usa  θα   + pretérito imperfecto  (θα πήγαινα,  iría); en cambio, con  θα  + pretérito pluscuamperfecto, expresa una posibilidad que no llegó a realizarse  (θα είχα παέι,  habría ido).

Las dos formas de oración condicional más frecuentes para algo que se refiere al presente o al futuro son:  αν  + subjuntivo, y luego futuro  (αν τον βρω, θα τον σκοτώνω, si lo encuentro, lo mato), o para algo difícilmente realizable  αν  + pretérito imperfecto, y luego condicional  (αν τον έβρισκα, θα τον σκότωνα,  si lo encontrara, lo mataría); para una posibilidad que no se realizó, se usa  αν  + pluscualmperfecto, y luego condicional pluscuamperfecto  (αν τον είχα βρεί, θα τον είχα σκοτώσει,  si lo hubiera encontrado, lo habría matado). De todos modos, como en castellano, son eventualmente posibles casi todas las combinaciones de tiempos y modos, según los contenidos y matices que se quieran expresar.

 

LOS TIEMPOS PERFECTOS  

El perfecto (“he amado”) da una idea de acción concluida (“perfeccionada”), que en el castellano rioplatense está cada vez más en desuso, y que suele usar como equivalente al pasado indefinido (no así en el español ibérico, en donde hay diferencias de matiz temporal). En el griego moderno existe y se usa, aunque no tanto como, por ejemplo, en el inglés; pero su uso es quizás más frecuente que en el del castellano rioplatense (y con matices similares).

Su construcción es tan simple como la del castellano, y bastante similar: así como en el castellano usamos el verbo auxiliar “haber” en presente y conjugado combinado con el participio masculino invariable del verbo principal (“yo he amado”, “ellas han amado”), el pretérito perfecto griego se construye con el verbo auxiliar  έχω  (haber / tener) conjugado según la persona, y el verbo principal en tercera persona del singular del subjuntivo, invariable (Ej:  έχω αγαπήσει, έχεις αγαπήσει, έχει αγαπήσει, έχουμε αγαπήσει, etc., he amado, has amado, ha amado, hemos amado, etc.).

El pretérito pluscuamperfecto se construye del mismo modo, pero con el auxiliar  έχω  en pasado (como nuestro  “había amado”),  είχα αγαπήσει. También hay, por supuesto, futuro perfecto, con el auxiliar en presente precedido por el habitual  θα  de futuro  (θα έχω αγαπήσει,  habré amado), y perfecto condicional, con el auxiliar en pasado precedido por  θα  (θα είχα αγαπήσει,  habría amado, hubiera amado, hubiese amado).

Los usos son similares a los del castellano, y como puede observarse, también aquí en los perfectos el verbo principal es siempre invariable (en este caso tercera del singular del subjuntivo), no importa en qué persona, tiempo o modo se esté utilizando; lo que varía es el auxiliar.

Los verbos  είμαι  y  έχω  no tienen tiempos perfectos, se los reemplaza en ese caso por verbos con sentido análogo o directamente con el aoristo.

 

EL MODO OPTATIVO 

El modo optativo expresa un deseo para el presente, pasado o el futuro. En griego clásico tenía formas verbales propias; actualmente se forma con perífrasis: las partículas  να  y  ας  con las expresiones  μακάρι (ojalá),  θα ήθελα να (quisiera), con subjuntivo, pretérito imperfecto, pretérito indefinido, pretérito pefecto o pluscuamperfecto, según corresponda.

 

LOS VERBOS "CORTOS" (paroxítonos vocálicos): φάω, πάω, λέω, κλέω, τρώω, ακούω, etc.  

Los verbos "cortos" (paroxítonos vocálicos)  λέω (digo),  κλαίω (lloro),  φάω (subjuntivo de τρώω, como),  πάω (subjuntivo de  πηγαίνω,  voy, aunque muchas veces usado también con valor de presente), ακούω (escucho/oigo)   comparten algunas características: mantienen la vocal característica de su raíz, y las terminaciones de presente son como siguen:  -ω, -ς, -ει, -με, -τε, -νε  (λέω, λες, λέει, λέμε, λέτε, λένε).

Por otro lado, hacen su pasado (el imperfecto en los presentes mencionados, el aóristo en los subjuntivos) intercalando la partícula -γ- :  έλεγα  (decía),  έκλεγα  (lloraba),  έφαγα  (comí),  έτρωγα  (comía),  πήγα  o  έπηγα  (fui),  άκουγα  (escuchaba).  También sus imperativos son irregulares.

 

LA NEGACION

Existen tres partículas negativas en griego equivalentes a nuestro “no” :  όχι, δε(ν)  y  μη(ν).

Όχι  se usa como respuesta única a una pregunta (“¡No!”), o para negar un sustantivo: “una cosa no buena”,  ένα πράγμα όχι καλό,  es decir, cuando no va acompañado de verbo.  Δεν  se usa en general antes de verbo (“no vengo”, “no puede”, etc.) en presente, pasado y futuro del indicativo, y la  -v  se puede elidir (suprimir), excepto cuando antecede a una vocal o las consonantes sordas  κ, π, τ  o las dobles  ψ, ξ, μπ, ντ, γκ. En el futuro va antes de la  θα.  Μην  se usa en el subjuntivo y en el “imperativo negativo”, o sea, las prohibiciones o exhortaciones negativas; la  -ν  final se elide en los mismos casos consignados para  δεν.

En griego moderno siempre se usa la doble negación:  Δεν ξέρω τίποτα, no sé nada, ποτέ δεν πάω στο χοριό την εβδομάδα, nunca (no) voy al pueblo en la semana.

 

LA FORMA MEDIOPASIVA

Hasta aquí dimos un panorama bastante completo de las formas verbales del griego moderno. Como aclaráramos al principio, todo fue referido a la voz activa a efectos de una primera comprensión general. A diferencia del castellano o del inglés, lo que no es estrictamente voz activa en el griego moderno tiene formas propias, es decir, no se hace en forma perifrástica. Nosotros decimos “amo” (voz activa), “soy amado” (voz pasiva), “me amo” (voz mediopasiva o reflexiva), y en todos los casos usamos el verbo en su forma activa o su participio con un verbo auxiliar o un pronombre; es decir, usamos más de una palabra (perífrasis).

En cambio, para estos diferentes matices, el griego tiene una forma verbal especial, que es la pasiva, muy usada, y que es particularmente importante porque muchos verbos tienen exclusivamente esa forma; es decir, no tienen forma activa (se los llama verbos deponentes). Asimismo, otros tienen formas pasivas en el presente, y formas activas en el subjuntivo o en el pasado.

En líneas generales, esta forma puede traducirse, según el caso, como pasiva pura, es decir, siendo receptor del acto verbal (soy amado por ella), como un estado (estoy parado), como mediopasiva (reflexiva), cuya acción vuelve sobre el mismo sujeto o sobre algo suyo (me lavo; me lavo las manos), como acción recíproca (se aman el uno al otro), o también para las formas impersonales (se necesita, está prohibido).

Muchos verbos que utilizamos naturalmente de este modo en castellano tienen su forma correspondiente en griego: “me imagino”, “me parece”, “me paro”, “me siento”, etc. Pero, también muchos verbos que en castellano son habitualmente activos, en griego tienen solo forma pasiva (Ej:  “vengo”,  έρχομαι,  aunque de hecho a veces coloquialmente podemos escuchar “me vengo solo por dos minutos”), y, a la inversa, verbos que en castellano habitualmente tienen la forma pronominal, en griego se usan en forma activa  (Ej:  “me voy”,  en griego  φεύγω, es decir, activo).

Las formaciones perifrásticas de los diferentes tiempos y modos antes desarrollados para la voz activa son idénticas en la voz pasiva: el futuro se forma con  θα  más subjuntivo (o presente, si es continuo),  el condicional con  θα  más imperfecto, el subjuntivo con  να  más el verbo en subjuntivo (o presente, si es continuo), los perfectos con  έχω  conjugado y la tercera del singular del subjuntivo (pero pasivo) invariable, etc. En aquello en lo que más difiere la voz mediopasiva es en las terminaciones, y también en algunos casos modifica las raíces con agregados regulares. Pasamos a detallar:

Los verbos paroxítonos hacen el presente de su voz pasiva sencillamente agregando las terminaciones pasivas a la raíz de presente ya conocida (el acento es siempre esdrújulo):

(yo)                             σπουδάζομαι

(tú)                              σπουδάζεσαι

(él, ella)                      σπουδάζεται

(nosotros)                  σπουδαζόμαστε

(vosotros)                  σπουδάζεστε

(ellos, ellas)               σπουδάζονται

Los oxítonos tienen tres formas en el presente de la voz mediopasiva y pasiva. La mayoría (aquellos que llamábamos oxítonos en general) agregan las siguientes terminaciones:

(yo)                             αγαπιέμαι

(tú)                              αγαπιέσαι

(él, ella)                      αγαπιέται

(nosotros)                  αγαπιόμαστε

(vosotros)                  αγαπιέστε

(ellos, ellas)               αγαπιούνται

Luego, aquellos que llamábamos “oxítonos especiales (con la segunda personal del singular terminada en -εις )”  tienen las siguientes terminaciones:

(yo)                             οδηγούμαι

(tú)                              οδηγείσαι

(él, ella)                      οδηγείται

(nosotros)                  οδηγούμαστε

(vosotros)                  οδηγείστε

(ellos, ellas)               οδηγούνται  

Y hay un tercer conjunto de verbos cuya forma es solamente pasiva con terminación en la primera del singular -άμαι, formado por solo cuatro verbos (muy usuales):  θυμάμαι (recuerdo, me acuerdo),  κοιμάμαι  (duermo, me duermo),  λυπάμαι  (lamento, me lamento),  φοβάμαι  (temo, me temo), que tienen las siguientes terminaciones:

(yo)                             θυμάμαι / -ούμε

(tú)                              θυμάσαι

(él, ella)                      θυμάται

(nosotros)                  θυμούμαστε / -όμαστε

(vosotros)                  θυμάστε

(ellos, ellas)               θυμούνται

 

Podrá notarse (en términos memotécnicos) que las cuatro formas hasta aquí presentadas del presente de la voz mediopasiva y pasiva remiten, con ligeras variantes, a un especie de agregado del verbo  είμαι  (ser / estar) a la raíz de presente, asociable con la forma pasiva castellana “soy amado”.

Análogamente, el pretérito imperfecto de la voz mediopasiva y pasiva remite a una especie de agregado del verbo  είμαι  en pasado a la raíz de presente:

(yo)                             σπουδαζόμουν

(tú)                              σπουδαζόσουν

(él, ella)                      σπουδαζόταν

(nosotros)                  σπουδαζόμασταν

(vosotros)                  σπουδαζόσασταν

(ellos, ellas)               σπουδάζονταν

 

(yo)                             αγαπιόμουν(α)

(tú)                              αγαπιόσουν(α)

(él, ella)                      αγαπιόταν(ε)

(nosotros)                  αγαπιόμασταν

(vosotros)                  αγαπιόσασταν

(ellos, ellas)               αγαπιόνταν

 

(yo)                             οδηγόμουν

(tú)                              οδηγόσουν

(él, ella)                      οδηγόταν

(nosotros)                  οδηγόμασταν

(vosotros)                  οδηγόσασταν

(ellos, ellas)               οδηγόνταν

 

(yo)                             θυμόμουν

(tú)                              θυμόσουν

(él, ella)                      θυμόταν

(nosotros)                  θυμόμασταν

(vosotros)                  θυμόσασταν

(ellos, ellas)               θυμόταν

Los verbos "cortos" vuelven a agregar el infijo -γ-, ya mencionado para ciertos pasados, y a esa raíz, las terminaciones de los paroxítonos (λέγω > λέγομαι).

El subjuntivo mediopasivo y pasivo se forma con la raíz de subjuntivo mediopasivo, que habitualmente termina con  -στ  o  ,  y las terminaciones acentuadas del presente de los verbos oxítonos especiales”. Pero debe tenerse en cuenta que algunos verbos, como antes dijéramos, tienen un presente siempre en voz mediopasiva y un subjuntivo con forma (y conjugación) activa, tales como, por ejemplo,  γίνομαι  (volverse, convertirse), con subjuntivo  να γίνω,  έρχομαι  (venir),  con subjuntivo  να έρθω,  κάθομαι  (sentarse),  con subjuntivo  να καθίσω ).

(yo)                             σπουδαστ-ώ

(tú)                              σπουδαστ-είς

(él, ella)                      σπουδαστ-εί

(nosotros)                  σπουδαστ-ούμε

(vosotros)                  σπουδαστ-είτε

(ellos, ellas)               σπουδαστ-ούν(ε)

 

(yo)                             αγαπηθ-ώ

(tú)                              αγαπηθ-είς

(él, ella)                      αγαπηθ-εί

(nosotros)                  αγαπηθ-ούμε

(vosotros)                  αγαπηθ-είτε

(ellos, ellas)               αγαπηθ-ούν(ε)

 

(yo)                             οδηγηθ-ώ

(tú)                              οδηγηθ-είς

(él, ella)                      οδηγηθ-εί

(nosotros)                  οδηγηθ-ούμε

(vosotros)                  οδηγηθ-είτε

(ellos, ellas)               οδηγηθ-ούν(ε)

 

(yo)                             θυμηθ-ώ

(tú)                              θυμηθ-είς

(él, ella)                      θυμηθ-εί

(nosotros)                  θυμηθ-ούμε

(vosotros)                  θυμηθ-είτε

(ellos, ellas)               θυμηθ-ούν(ε)

El pretérito indefinido de la voz mediopasiva y pasiva es más regular: en todos los casos agrega la partícula -ηκ- a la raíz de subjuntivo mediopasivo, y luego las terminaciones de pasado (en los verbos cuyo presente es mediopasivo y su subjuntivo es activo, el pretérito indefinido se forma regularmente siguiendo las reglas del pretérito indefinido activo), con acento siempre esdrújulo.  

(yo)                             σπουδά-στ-ηκ-α

(tú)                              σπουδά-στ-ηκ-ες

(él, ella)                      σπουδά-στ-ηκ-ε

(nosotros)                  σπουδα-στ-ήκ-αμε

(vosotros)                  σπουδα-στ-ήκ-ατε

(ellos, ellas)               σπουδά-στ-ηκ-αν / σπουδα-στ-ήκ-ανε

Del mismo modo,  αγαπ-ήθ-ηκ-α, οδηγ-ήθ-ηκ-α, θυμ-ήθ-ηκ-α,  etc.

Entonces, como dijéramos antes, con los elementos dados podemos construir regularmente el futuro, el condicional y los perfectos. La única otra situación que tiene formas propias es el imperativo monoléxico.

El imperativo de la voz mediopasiva se construye perifrásticamente del mismo modo que en la voz activa:  να  más subjuntivo, negación  (να) μη(ν)  más subjuntivo. En cambio, la forma monoléxica de todos los verbos agrega a la raíz de subjuntivo, en la segunda persona del singular, la terminación  -ου, con acento grave; y la segunda del plural es exactamente igual a la segunda del plural del subjuntivo mediopasivo:  σπουδάσου  (¡estúdiate! / ¡estudiáte!),  σπουδαστείτε  (¡estudiáos! / ¡estúdiense!),  αγαπήσου (¡ámate! / ¡amáte!),  αγαπηθείτε  (¡amáos! / ¡ámense!),  etc.  

Lo que en gramática castellana llamamos el “complemento agente” de la voz pasiva, es decir, aquél que realiza la acción cuando hay un verbo en voz pasiva, y que construimos con la preposición “por” (fue amada por Petros), en griego moderno se construye con la preposición  από  + acusativo  (αγαπήθηκε από τον Πέτρο,  o también  ήταν αγαπημένη από τον Πέτρο).

Pese a todo lo expuesto, la voz pasiva tiende a evitarse en griego moderno usando la tercera persona del plural en voz activa y el pronombre objetivo (es decir, igual que en castellano):  σπουδάζομαι  (soy estudiado) =  με σπουδάζουν  (me estudian).

 

LOS VERBOIDES

Llamamos verboides a las formas no finitas (conjugadas) del verbo. Por ejemplo, en el castellano, tenemos el infinitivo (amar), el participio (amado/a/os/as) y el gerundio (amando).

Como dijéramos, el infinitivo griego se perdió; en los casos en que nosotros lo usaríamos, usamos el subjuntivo conjugado. Aquello que nosotros llamamos participio y gerundio, se corresponde con lo que el griego moderno llama, respectivamente, participio pasivo y participio activo.

El participio pasivo, tiene, como nuestro participio, valor de adjetivo. Se construye normalmente reemplazando la partícula -θώ  o  -τώ  de la primera persona del subjuntivo pasivo por  -μένος/η/ο:  κουράζομε, κουραστώ, κουρασμένος/η/ο, cansarse, cansado/a;  χάνω, χαθώ, χαμένος/η/ο, perder, perdido/a. Como adjetivo, sufre modificciones según el género, número y caso.

El participio activo es similar a nuestro gerundio, y como tal, invariable. Se construye agregando  -όντας  a la raíz de los verbos paroxítonos, y  -ώντας  a la de los oxítonos:  σπουδάζω, σπουδάζοντας, estudio, estudiando; αγαπώ, αγαπώντας, amo, amando.