El eterno problema del Día del Astrólogo: una posición tomada

                                                                                                               por Jerónimo (Jerry) Brignone
 

    No quiero iniciar una polémica, ni necesariamente un debate (aunque el tema lo merezca), sino compartir una reflexión con la que intervine a principios del 2011 en algunos foros públicos.

    La casi totalidad de la comunidad astrológica no hispanoparlante celebra el Día del Astrólogo el 21 de marzo (se puede ver en la web), o más exactamente, la fecha en que cada año el Sol ingresa a Aries. Ese día el Sol cruza el punto Aries o Vernal, pasa por la intersección de la Eclíptica con el Ecuador (los planos que reflejan los dos movimientos más importantes para la vida en la Tierra: la traslación y la rotación), en lo que muchas culturas consideran el inicio del año con un valor ritual y sagrado, celebrándolo por lo tanto desde hace milenios. Como ese momento astronómico y astrológico cósmico/terrestre es el del paso de nada menos que el Sol -fundamental para la vida en el planeta y la práctica astrológica- por el punto de inicio desde donde significamos toda nuestra labor astrológica (el 90% de nuestra interpretación se basa en los signos y grados zodiacales, es decir el ángulo con el punto Aries), por eso tantos miles de astrólogos del mundo decidieron tomar ese día como el más apto para representarnos.

    Hace unas décadas, el astrólogo uruguayo Boris Cristoff propuso que se celebrara el día del astrólogo el 6 de enero porque decía que los Reyes Magos de la tradición cristiana reciente eran supuestamente astrólogos, e insistió mucho durante años para convencer de esto a sus colegas hispanoparlantes: en ese momento no eran tantos, él era considerado una autoridad y fue tan persistente en esta idea que se le había ocurrido, que hoy día una gran cantidad de colegas hispanoparlantes ya da naturalmente por sentada esa fecha como su Día y sin saber de dónde provino.

    El problema es que es una celebración exclusivamente católica: muchos países cristianos no católicos no celebran ese día la visita de los Reyes Magos, amén de que toda la historia de sus nombres y el pesebre es un mito medieval: aparecen mencionados solamente en el evangelio de Mateo como “magos” (sin especificar cuántos ni los nombres; de hecho recrea un mito sobre el nacimiento de Buda 400 años anterior), y se habla de una estrella que los guía, pero de ahí a asegurar que son astrólogos, no es más que una presunción de algunos astrólogos para autolegitimarse. Algunos tendrán recuerdos muy tiernos y mágicos de su infancia respecto de los Reyes y el pesebre (yo los tengo) y por eso les simpatiza esa fecha como para celebrar su Día, pero no todos los astrólogos del mundo tienen por qué ser de esa religión (hay muchísimos colegas hinduístas, protestantes, ortodoxos, judíos, musulmanes y demás, amén de los agnósticos, cuya totalidad supera ampliamente a la comunidad hispanoparlante católica).

    Por ello, además de que personalmente me parece muy poco universalista asociar a todo astrólogo practicante con la mitología oficial de un religión particular (por más que esté muy difundida en Occidente), es justamente ésta la que más violencias cometió en toda la historia contra la humanidad y la que más acciones arremetió a lo largo de los siglos contra la Astrología: de no haber mediado la Iglesia Católica, muy distinta sería nuestra ciencia en Occidente en la actualidad; probablemente mucho más desarrollada.

    Como sea, sin duda cada uno es libre de elegir el día que más le plazca, y hasta podemos festejar dos veces. Pero es importante estar informados (hasta en Brasil -país también católico- se celebra el 6 de enero, me consta que por la influencia de la idea de Cristoff, y la mayoría ni sabe de dónde provino eso), y por otro lado, saber qué es lo que hace al respecto la mayoría de la comunidad astrológica internacional (es decir... celebrar el 21 de marzo).

    Si alguien se siente ofendido, de veras lo lamento. Pero esta es mi visión del asunto y no es solamente mía. Creo que hay que decir la propia verdad y pronunciarse en los temas que nos importan, que atañen a las personas que nos importan y a quienes también esos temas les importan.
 


Buenos Aires, 5-1-2012. J. B.



P.D.: EL DIA DESPUES DEL DIA EN CUESTION. Cuando expuse este tema en 2011 hubo algún debate y revuelo, pero esta vez, dado que con el crecimiento de la redes sociales aumenta la posibilidad de reacciones más agresivas, hubo mayores intercambios. Los estoy registrando todos, inclusive aquellos que no tenían nada que ver conmigo, para dar cuenta, en un work in progress, del estado de la cuestión en nuestra comunidad desde una perspectiva socioetnolingüística, así como también el estado de las cosas en los países que no fueron colonizados por la península ibérica (absolutamente ajenos a este debate). Todo estará sintetizado y analizado aquí como continuación natural de este breve artículo y en un breve episodio de mi próximo libro que aborda la astrología actual desde una perspectiva antropológica, epistemológica y de semiótica social. 7-1-2012. J. B.

 

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