ACERCANDONOS A LA
ASTROLOGIA HINDU
por Jerónimo Brignone
(Este trabajo fue presentado en el Primer Encuentro
entre Astrólogos organizado en Buenos Aires en 1997 por la revista GeA, Gente
de Astrología –ex Cosmovisión)
Antes
de pasar a describir el sistema de Períodos Planetarios, la técnica predictiva
hindú más popular y característica, preferiría echar una breve mirada a una
carta natal específica, en este caso la de la cantante María Callas. Al
respecto, quiero aclarar que las mismas cartas que me "funcionaban" en
la Astrología trópica, me "funcionan" perfectamente en la Hindú,
por más que muchas veces cambian totalmente de aspecto, y esto reafirma la
posibilidad de convivencia de distintas miradas, sin invalidar una a la otra.
Recuerdo haber oído a un astrólogo hindú diciendo que si la Astrología
pudiera anunciarle a un ser humano correctamente tres de los diez eventos más
importantes de su vida, ya se justificaría plenamente su práctica. Y si a las
excelentes técnicas con que ya contamos los astrólogos occidentales, agregamos
otras complementarias en su diversidad, seguramente ampliaremos mucho más
nuestro "porcentaje" de eficacia.
María
Callas le dijo a André Barbault que nació el 2 de Diciembre de 1923 en Nueva
York exactamente a las seis de la mañana, tal como le dijera su padrino, un médico
que asistió el parto y que era un pariente lejano al que consideró su mejor
amigo durante toda su vida. Yo trabajé esta carta hace años con unos cincuenta
eventos importantes de su vida con fecha, y me impresionó lo exacto de su
funcionamiento. A lo sumo, se podía pensar que había nacido unos segundos
después, hoy creo que apenas medio minuto. Dejo al lector el cálculo de la
carta trópica (en ese momento había en Nueva York cinco horas de diferencia
con Greenwich). De la misma, restándole el Ayanamsa correspondiente, se
consiguen sus posiciones sidéreas. Usando Lahiri (en enero de 1900, su valor
era de 22°28', en 1950, 23°11', y
en el 2000, 23°52'), y considerando su moción anual de 0°0'50"
hasta la fecha, el mismo es de 23°48'. Para convertir
mentalmente cartas de este siglo, podemos, a grosso modo, agregarles 7° a las
posiciones natales, y restarles un signo. Con el programa Astrocalc, apretamos Z
en las versiones más antiguas, y en las más recientes, cambiamos al zodíaco
sidéreo en la configuración. Así nos enteramos que el ascendente está en
Escorpio, así como Júpiter, el Sol y Mercurio. Venus está en Sagitario, el
nodo sur (Khetu) en Acuario, el norte (Rahu) en Leo, así como la Luna (grado
29), y, finalmente, Saturno y Marte en Libra.
Se
puede, por supuesto, posicionar estos planetas en un gráfico como los que
normalmente usamos. En la India se usan tradicionalmente dos gráficos. A título
informativo, el de la India del Norte, es un cuadrado inserto en otro al cual se
le trazaron las dos diagonales, tiene posiciones fijas para las casas (la de
arriba es siempre la Uno), y los signos se ponen como números (Aries, 1; Tauro,
2; etc.), siguiendo como nosotros el orden directo, es decir, contrario a las
agujas del reloj. El de la India del Sur es el que encontramos en los libros de
Raman y el de Finn Wandahl ("Astrología India"), y consiste en un
cuadrado al cual mediante cuatro trazos mayores y otros cuatro trazos menores se
lo divide en sus bordes en doce signos, siempre ubicados en el mismo lugar y en
el orden de las agujas del reloj (el primer cuadradito de al lado del de la
esquina izquierda superior es Aries), y al ascendente se lo significa con un
asterisco o una raya diagonal. Cada gráfico tiene sus ventajas, y quisiera de
paso recordar que en Occidente hemos usado hasta hace unos cien años casi
exclusivamente gráficos cuadrados en vez de los actuales redondos, otro
elemento que hermana nuestro pasado con el presente hindú.
¿Qué
sabemos de María Callas? Fue una de las mujeres más famosas de la década del
'60, una cantante norteamericana de origen griego que por su intensidad dramática
y perfeccionismo artístico revolucionó el mundo de la ópera (hoy se suele
decir A.C. y D.C., antes y después de Callas), se destacó por vivir varios escándalos
y conflictos con teatros, colegas y la prensa, así como un romance muy
publicitado con el magnate Aristóteles Onassis. Y, otros dos detalles menores
que también fueron tema para los medios, en un momento dado de su carrera operó
un cambio físico impresionante: adelgazó de la noche a la mañana cincuenta
kilos (se había impuesto como modelo la imagen de Audrey Hepburn, y lo logró,
cosa que habla también de su determinación), y tenía una madre terrible que,
por un lado, fue la que marcó el rumbo de sus ambiciones, pero por otro lado la
hostigó siempre y llegó a escribir contra ella en el pico de su fama el libro
difamatorio "Mi hija, María Callas".
Si
miramos sus planetas y Ascendente según la visión hindú, una de las primeras
cosas que pueden llamar nuestra atención es la presencia del Sol, junto a otros
dos planetas, en el signo ascendente, es decir, la primera casa en la carta de
casas iguales. Obviamente ésto pone énfasis, antes que nada, en el signo en el
que se hallan, y en segundo lugar en la casa I en sí. El signo de Escorpio se
caracteriza por su intensidad, la idea de renovación y transformación, de
batalla y conflicto, y también, entre otras cosas, con el concepto de sexo y
poder. La casa I tiene que ver con la presencia en el mundo, con el accionar y
el destino en general, y con el cuerpo, entre otras cosas. Si combinamos estos
significados, encontraremos ya expresado en gran medida mucho de lo antes
referido sobre María. Y si miramos al regente del Ascendente, otra práctica
común a las dos astrologías (pero más todavía, a la Hindú), veremos que va
al artístico signo de Libra, y que se une en la casa XII con Saturno, regente
de las casas tres y cuatro, es decir, la madre y hermanos, entre otras cosas.
La
madre, hija de un cantante dilettante, tenía grandes pretensiones artísticas y
de figuración social, y se casó con un farmacéutico con quien, desde muy
temprano, comenzó a tener fuertes desavenencias (finalmente se separaron).
Tuvieron primero una nena, Jackie, hermana de María, y luego nació y falleció
al tiempo un varón, cosa particularmente amarga para la patriarcal cultura
griega. Cuando quedó embarazada de María, el marido le dijo súbitamente que
se embarcarían para EEUU a probar suerte, e hicieron todo el viaje gestando un
odio y resentimiento cada vez mayor. En el momento en que nació la niña, al
ver que no era varón, la madre giró la cabeza y pidió que se la llevaran, y
no la miró ni tocó por tres días. Finalmente la aceptó y crió con el mismo
ambicioso empecinamiento con que crió a su hermana, con el objetivo de que
fueran modelos en cultura y que se destacaran en el arte, si no en el matrimonio
(sobre todo María, que aparecía como particularmente fea y tímida).
La
unión de Marte y Saturno en la casa XII (desgracias, enemigos ocultos, gestación)
se da dentro de un grado de orbe, generándose un curioso tecnicismo de la
Astrología Hindú llamado Guerra Planetaria. Ocurre en toda conjunción dentro
de ese orbe, y en la misma el planeta con menos grados le "gana" una
guerra al de más grados. Saturno rige la IV (madre), y Marte la I (el nativo).
Y es una guerra poderosa, ya que Saturno está exaltado y Marte en el signo
opuesto a su regencia. Vale mencionar que a la exaltación se la tiene mucho más
en cuenta que por estos lares, y es el mejor estado celeste posible para un
planeta. Luego le sigue regencia, y luego aspecto a sus lugares de regencia. Por
ello, lo que conocemos como detrimento tiene un funcionamiento poderosamente
ambivalente: mal por estar en el signo opuesto a su regencia, bien por estar
aspectando por oposición a su signo, aparece en distintos momentos de vida
reflejando alternativamente situaciones intensamente positivas y otras
intensamente negativas (es decir, nunca es tibio). Es el caso de este Marte,
quien además rige la casa VI, otra casa de enemigos en la Astrología Hindú, y
esta potencia, aunque ambivalente, se reafirma al estar en su propio signo de
Escorpio en la carta Navamsa.
La
problemática con la madre no sólo se refleja con el regente de IV poderoso
yendo a XII y ganándole al regente del Ascendente una guerra planetaria, sino
también con la presencia del maléfico Kethu en casa IV en aspecto a los
mencionados (dijimos que los nodos hacen trígonos), y con el significador
natural de madre, la Luna, en el mismo signo del maléfico Rahu
(tradicionalmente una pésima unión para la Luna, y marcando posibles indicios
de inestabilidad mental y emocional) y en grado de pérdida (29°),
grado crítico muy tenido en cuenta en esta astrología. La presencia en Leo y
en X (y aspectando a la IV por oposición) muestra cuán poderosa es esta
figura, y cuánto incide en su vida profesional. De hecho, mirando la carta
desde la Luna, el Sol, regente de la I (Leo), va a la casa IV desde la Luna y en
un signo maléfico (llaman así a los signos regidos por planetas maléficos), y
desde ahí aspecta por oposición a Tauro, la X desde la Luna. Esta Luna en Leo
en X, por ser el planeta con más grados (de 0° a 30°), es
el Atmakaraka, es decir, también representa fuertemente a María y a su destino
de brillo, dramatismo y notoriedad.
Los
significadores de madre también se refieren a la paz interior, que en gran
medida faltaba a María (tenía que cada vez más tomar e inyectarse
tranquilizantes para paliar la tensión de la expectativa y bataholas que
rodeaban a sus presentaciones), y a la patria, en la cual, cuando regresó por
primera vez luego de hacerse famosa en Europa, el Times la recibió con una
extensa nota de tapa terriblemente destructiva y donde vivió sus peores juicios
y escándalos.
Las
casas angulares (Kendra) son consideradas como lugares benéficos, en cuanto a
facilitar la potente interacción con el medio ambiente. También son
importantes dentro de esa misma línea las casas "de trígono"
(Trikona), es decir la V y IX. Es llamativo que den tal consideración a estas
casas, ya que justamente lo que permitió a las para la modernidad fundamentales
estadísticas de Gaucquelin generar a través de Addey la teoría de las armónicas,
fue la descomposición de las curvas de distribución según análisis armónico,
determinándose una fuerte y constante presencia y combinación de las armónicas
4 y 3, las cuales se corresponden exactamente con las casas mencionadas. Los
yogas más importantes de fama, éxito y poder (Rajayogas), son los que combinan
regentes y presentes de Kendras y Trikonas. María tiene por supuesto algunos de
ellos: regente de IX en X, unión del regente de X con el de V en I, y unión de
los regentes de IX y VII desde la Luna. También se da el Gayakeshari Yoga, de
lectura similar, que es el cuadrado entre Luna y Júpiter en casas angulares.
La
casa V, además de la inteligencia creativa y la expresión, rige
particularmente el talento musical. Y Júpiter, regente de V desde el ascendente
y desde la Luna, conjunta al Sol, regente de X, en orbe de combustión. Este es
otro factor muy tenido en cuenta, y que se refiere negativamente sobre todo a lo
que simbolice cosas orgánicas. La casa V también tiene que ver con hijos, así
como Júpiter naturalmente (es, por otro lado, cuarto en la secuencia de
grados). Cuando María quedó embarazada de Onassis, él la presionó a que, o
abortara, o la abandonaría. La V está solamente aspectada por este Júpiter
combusto en el signo maléfico de Escorpio, pero es mucho más fuerte en la
carta la situación de las ya mencionadas XII y IV, que son, derivando, la VIII
y XII de la V, con tres maléficos presentes. Si agregamos a la Luna
(maternidad) en grado de pérdida, podemos imaginar qué pasó con ese embarazo,
y la culpa religiosa y soledad que sobrevino, sobre todo cuando terminó la
relación con él.
Pero
las pérdidas no son sólo negativas, si involucran estados cósmicos más
afortunados. La famosa pérdida de peso de María no sólo está significada por
la transformación que simboliza un fuerte Escorpio en I, o el Atmakaraka en
grado de pérdida, sino que el regente del Ascendente "pierda" en XII
(pérdidas) una guerra planetaria con un significador de limitación, como es
Saturno, afectando por su aspecto especial de sextil al regente de XII, Venus,
presente en la II (ingesta). El combusto Júpiter en I también se asocia a este
concepto por regir la II.
La
fama de María ya fue en alguna medida explicada según la visión Jyotish. La
"pérdida" de la misma, ya que los últimos años de su vida fueron
pasados en reclusión, con una pérdida degradante de su voz, amigos y dinero
después de la experiencia Onassis, es significable con muchos de los elementos
ya mencionados. María sería para un astrólogo hindú sobre todo una figura
solar: Sol, significador natural de la casa I, en I (por ende, exacerbado); por
haber tres planetas en una casa solar, mayor fuerza del simbolismo Solar; Sol
regente de la Luna por signo y, sobre todo, por Nakshatra (factor muy tenido en
cuenta por los hindúes al determinar en general regentes personales); fuerte
por hallarse en Vargottama, es decir, en el mismo signo que en la Navamsa, y
además regir el Ascendente Navamsa; dispositor del Atmakaraka y de Rahu en la X
(posición ésta tradicionalmente significadora de ascenso social). No en vano
fue la Diva Absoluta, la Reina del Bel Canto. El destino del Sol es el brillo,
la renovación (la Astrología Hindú, sin Urano, le da al Sol este matiz), y
finalmente, el ocaso.
No
quisiera terminar mi referencia a esta Astrología sin hacer un comentario sobre
el sistema de Períodos Planetarios. El mismo, pese a ser totalmente irracional
en su estructura, y a que nadie puede explicar por qué es como es, viene siendo
usado desde siempre y con mucho éxito por la mayoría de los practicantes de la
Astrología Hindú, y es el costado que más me impactó y convenció desde un
primer momento. En él, se parte de la ubicación por Nakshatra de algún punto
importante de la carta, preferentemente la Luna (también se pueden usar, en
ciertos casos, el Sol, el Ascendente, u otro planeta). Se ve cuánto recorrió
ya de dicho Nakshatra, y a lo que resta por recorrer se le adjudica un valor en
tiempo. Las correspondencias son como siguen: los Nakshatras que van de 0° a 13°20' de
los signos de fuego están regidos por Khetu, y éste vale 7 años; 13°20' a
26°40' de fuego está regido por Venus, que vale
20 años; 26°40' de fuego a 10° de
tierra, Sol, 6 años; 10° a 23°20' de
tierra, Luna, 10 años; 23°20' de tierra a 6°40' de
aire, Marte, 7 años; 6°40' a 20° de
aire, Rahu, 18 años; 20° de aire a 3°20' de
agua, Júpiter, 16 años; 3°20' a 16°40' de
agua, Saturno, 19 años; y 16°40' a 30° de
agua, Mercurio, 17 años.
Los
años, en total, suman 120, y se corresponden, como conjunto, con el concepto
occidental de un grado igual a un año. Pero el por qué de la de la secuencia
en particular y las duraciones específicas asignadas es un misterio no
explicado, cuyo valor radica en cómo funciona. Por ejemplo, en el caso de María,
la Luna se encuentra en los 29°27' de
un signo de fuego. Es decir que le faltan recorrer 10°33' de
un Nakshatra del Sol, que dura, entero, 6 años. Expresándolo en términos de
proporción decimal, 10°33' dividido 13°20'
(la extensión de un Nakshatra) da 0.79125, que multiplicado por los 6 años de
este Nakshatra da 4.7475 años. Es decir que, desde que nace, los primeros 4 y
tres cuartos años de su vida serán "solares" (con todo lo que este
planeta signifique en sí, más su posición por signo, casa, casas regidas,
planetas a los que aspecte o por los cuales se halle aspectado, estado cósmico,
etc.). Los siguientes 10, siguiendo la secuencia arriba referida,
"lunares", y así sucesivamente. De este modo se va desplegando en el
tiempo la carta natal, y los planetas van expresando sus contenidos a lo largo
de la vida según el marco del sistema de períodos planetarios o Dashas.
Asimismo,
cada período "mayor" o Mahadasha se subdivide en otros nueve subperíodos
(Bukhtis) proporcionales. Por ejemplo, en el período de Rahu, que en este caso
comienza el 31 de agosto de 1945, el primer subperíodo también es de Rahu, y
vale 18/120 partes del total de 18 años, es decir, 986 días y fracción. Luego
le sigue el subperíodo Rahu/Júpiter (18 años dividido 16/120), etc. etc. Los
superíodos se dividen con el mismo criterio en subsubperíodos (Antardashas), y
éstos en subsubsubperíodos (Shukmadashas), afinando con mucha precisión en el
tiempo las posibilidades predictivas. La tradición dice que, cuando Rahu
estuviere determinado a fama o poder social, ésto se da en forma súbita e
intensa durante su período, cosa que ocurrió precisamente en este caso (como
en otros que me vienen a la mente, tales como Hitler o Kennedy). Rahu está en X
en Leo, con su dispositor en casa I conjunción Júpiter, y se asocia a la Luna
y aspecta por trígono a Venus, significador de Arte y Canto, y regente de X
desde la Luna, el ascendente Navamsa y el propio Rahu. Y justamente poco después
de terminado este período de 18 años, se dio su retiro de las tablas.
A
nivel de subperíodos, es interesante ver que apenas comenzado Rahu/Venus se dio
su relación con Onassis: Venus, regente de VII (pareja) y recibiendo aspecto de
Rahu es significador natural de romances, y su presencia en II, aspectada por
Saturno desde XII, da una idea del fuerte componente económico en sus
relaciones (II), varios años mayores que ella (Saturno), y el eventual
perjuicio que le supusieron (XII). En el caso de su primer marido, fue un
acaudalado aristócrata italiano que le llevaba casi treinta años y le hizo de
manager y mentor pero alimentando su tendencia a la paranoia y a desconfiar de
todo el mundo, tomándolo como su enemigo.
En
cambio, a días de comenzado el período mayor de Júpiter, Onassis conoció a
Jacqueline Kennedy, dando inicio a la publicitada historia de abandonos y
humillaciones. Júpiter, si bien rige casas auspiciosas (V y II), vimos que
estaba combusto y en signo maléfico. En el subperíodo Júpiter/Saturno, se dio
el mencionado aborto (Júpiter en I posibilitó la experiencia de concepción,
pero los otros aspectos ya antes referidos, así como la clara determinación
también explicada del fuerte Saturno a pérdida de hijos, hicieron el resto), y
compró la casa en la que habría de morir, de hecho la primera casa de la que
era auténticamente dueña (Saturno rige IV, Júpiter II). También durante este
período mayor de Júpiter se dio la pérdida en seguidilla de muchos hombres
queridos (tanto su padre, como Onassis, tres días después Visconti, el
director de quien estuvo alguna vez enamorada y permaneció en su vida como gran
amigo, y luego Pasolini, otro director con quien también había trabado una
profunda amistad), y Júpiter significa, en carta femenina en Astrología Hindú,
la pareja.
Los
hindúes no tiene ningún empacho en determinar fechas de muerte. Es más,
siguiendo la costumbre del astrólogo occidental de hace siglos, lo primero que
miran en una carta es la probable duración de vida, para así poder encuadrar
la interpretación en un marco realista. Es un hecho que en esa cultura la
relación con el concepto de muerte es mucho más fluída y desapegada que en la
nuestra: hablar aquí del asunto en una consulta astrológica suele ser
considerado pecado de mal gusto (y cosas peores). Además de reglar extensamente
las posibilidades de longevidad en general, se considera que, si uno está más
o menos "en edad" (según dichas reglas), hay que considerar, dentro
del sistema de Períodos Planetarios, si están operando los períodos de los
Marakas, o significadores de muerte. Y éstos son, basicamente, los regentes de
II y VII.
¿Sorpresa?
Son de las reglas más antiguas, y la racionalización técnica es la siguiente:
existe, siguiendo el principio de casas derivadas, la práctica de
"duplicación" de casas. En la misma, si, por ejemplo, vamos a hablar
de hermanos, además de mirar todos los significadores ya mencionados, incluída
la casa III, podemos mirar la "III de la III", es decir, la V. O para
éxito social, la X de la X, es decir la VII. El principio es lógico y
consecuente con la idea de derivación. Por lo tanto, se parte de la VIII como
significadora del "tema" de la muerte, pero no la propia muerte en sí,
y, al contrario, se la significa con la idea de longevidad (contenido que también
tuvo en la tradición occidental, pero que cada vez resuena menos a nuestros oídos).
Siguiendo con el principio de duplicación, la VIII de la VIII es la III, la
cual, por lo tanto, también significaría longevidad. Y como siempre que
queremos ver la pérdida de algo, podemos ver la XII de la casa correspondiente,
la XII de la VIII es la VII, y la XII de la III es la II. VII y II, "Pérdida
de la longevidad", es decir, la muerte.
¿Traído
de los pelos? Quizás, y quizás sea meramente una racionalización a posteriori
de una observación empírica. De nuevo, el valor está en si funciona o no. A
ellos les funciona, y yo lo he visto operar la suficiente cantidad de veces como
para creer que vale la pena mencionarlo aquí. En rigor, se tiene en cuenta
primero a los regentes de VII y II, luego también a los presentes, y luego a
maléficos naturales (Saturno, Marte, Rahu, Khetu, Sol) o accidentales
(presentes en las casas VIII, XII o VI -feas casas para tener algo en Astrología
Hindú, si de pasarla bien se trata-, o regentes de VI, III, XI, y eventualmente
VIII o XII) asociados por aspecto a los antes mencionados. La lista puede
parecer extensa, pero en los hechos, y con sólo nueve planetas, se acorta.
Cuando están operando entonces períodos y subperíodos de Marakas
(significadores de muerte) en "edades aproximadas" de muerte,
sobreviene el evento.
En
el caso de María Callas, ella muere el 16 de Septiembre de 1977, en el período
mayor de Júpiter (regente de II, combusto en signo maléfico), subperíodo de
Rahu (maléfico natural aspectante a Venus, el regente de VII presente en II),
subsubperíodo de Saturno (maléfico natural presente en XII, regente de III y
aspectante al mencionado Venus), subsubsub-período de Júpiter. Esto usando a
la Luna en el sistema de Períodos Planetarios explicado, denominado de
Vimshottari, y que es de lejos el más usado. Si usamos, en cambio, el otro
alternativo más popular, denominado Ashtottari, o si partimos con el primero
del Ascendente o de la Luna Navamsa, en todos vamos a encontrar que estuvieron
siempre funcionando períodos y subperíodos de los Marakas de esta carta, los
mencionados Júpiter, Venus, Rahu y Saturno.
Muchos
occidentales modernos (de nuevo, sobre todo los siderealistas) tildan de idiotas
a los que dicen que los benéficos, en ciertas condiciones, "matan"...
Quizás a estas décadas les toque ir recobrando y limpiando nuestra historia y
hacer de nuevo observaciones muy rigurosas para ir viendo qué reglas y
criterios son coherentes con ciertas miradas o sistemas, y cuáles con otros,
sin que, de nuevo, un sistema invalide al otro.
Podríamos
seguir extensamente, a riesgo de desbordar los límites naturales de este
espacio y la atención del lector. Es obviamente imposible resumir algo tan
complejo y extenso como una Astrología entera en una sentada, pero creo haber
compartido lineamientos suficientes como para que puedan interesarse en este
tema y empezar a hacer experimentos, aunque más no sea a guisa de curiosidad y
gusto por el juego. Como referencia bibliográfica, si tuviera que recomendar
alguno de entre las decenas de libros que leí hasta la fecha, sería "The
Astrology of the Seers", de David Frawley. Y hasta confío en que la
comprensión de los pocos textos castellanos que podemos encontrar hoy en librerías
será más fácil después de haber transitado juntos esta introducción.
Antes
de terminar, quiero dejar sentado mi profundo agradecimiento a los organizadores
de este evento, que no sólo nos permiten intercambiar ideas de un modo tan
agradable y funcional, sino que, en mi opinión, le han dado por primera vez a
los astrólogos de la Argentina un "sabor" de lo que puede ser, no sólo
un encuentro humano, sino un verdadero Congreso en el sentido más genuino de la
palabra.
Jerónimo Brignone
(fin)