CRITICAS DEL ESPECTACULO

“TECNICAS de Stevenson-Zómbolas” (1987)  

 

Adolfo Martínez, La Nación, 4-10-1987:  

“ORIGINALIDAD Y RENOVACION

El arte permite a sus responsables jugar con la imaginación hasta lograr espectáculos plenos de sensibilidad y de talento. "Técnicas" es uno de ellos. Se expone aquí la antiquísima lucha del bien contra el mal a través de una hábil recreación de antiguos relatos Zen que se entretejen con una adaptación del último capítulo del libro 'El extraño caso el Dr. Jekyll y Mr. Hyde', de Robert Louis Stevenson.

Oriente y Occidente se definen paralelamente en ambas historias. Por una parte la leyenda Zen -su desarrollo durante el siglo VIII ejerció notable influencia en la vida de la China y del Japón- narra las peripecias de un arquero que desea lograr la supremacía en su arte para lo cual debe vencer cada vez más arduas exigencias. En el otro polo surge la confesión que poco antes de morir hace el Dr. Jekyll y que se refiere a la desdicha de haber descubierto una sustancia capaz de transformar su cuerpo y su personalidad hacia la más acendrada maldad.

Desde este lenguaje teatral donde se confrontan la verborragia naturalista e inactiva del actor con el potente dinamismo de las actrices, de actuaciones exacerbadas tanto en lo expresivo como en lo formal, a lo que se añaden elementos de canto, danza, sombras chinas, artes marciales y acrobacia, surge el mensaje vital del espectáculo. El director Jerry Brignone ideó un pequeño espacio escénico para lograr la complicidad de los espectadores, quienes de inmediato y ya recobrados de la sorpresa inicial, se dejan transportar por este camino pleno de magia y de inusual belleza. El elenco tradujo con absoluta fidelidad sus nada fáciles partes en este espectáculo que merece ser visto y gozado."

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Luis Mazas, Clarín, 29-9-1987:

EL TEATRO, COMO UN PUNTO DE PARTIDA

Se presenta en el teatro Espacios una interesante propuesta que une textos de "El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde", de Stevenson, con antiguos relatos Zen. El resultante es sugerente, inquietante toda vez que se plantea, mediatizando lo puramente escénico, la eterna lucha del bien y del mal. La puesta de Jerry Brignone, a partir de un guión de Iannis Zómbolas, replantea el sentido de las ficciones.

La ambigüedad moral del hombre, esa dualidad irreconciliable, es el tema que aborda un singularmente valioso trabajo teatral presentado en Buenos Aires. Se trata de Técnicas, inspirada en antiguos relatos Zen y en El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde, de Robert Louis Stevenson. Parafraseando ese "no ser uno sino dos", Jerry Brignone, autor de la idea, también establece dos líneas narrativas. La primera recorre la historia de Stevenson y la restante se interna en las vivencias de Kuai Sheng y su persecución de la sabiduría.

Cuando el mal irrumpe tempestuosamente en una existencia humana consagrada a la ética y al trabajo se produce la eterna oscilación entre el bien y el mal. El autor de La isla del tesoro y de otros trascendentes aportes no fue un verista ni un estetizante sino que, como lo destaca Césare Pavese, "se encaminó instintivamente, en línea recta, a lo que de vivo, de genuino, de eterno, estaba en la exigencia de las dos escuelas". La lucha de lo demoníaco con la mejor parte de la esencia humana aparece lúcidamente transcripta en este espectáculo.

El interrogante planteado es claro: el hombre no es uno sino dos.

¿Cómo separar a los gemelos irreconciliables? Jerry Brignone, a partir de un guión de Iánnis Zómbolas, edifica una pieza artesanal de gestos y silencios, de lirismo calculado y al propio tiempo excitante. Y en esa suerte de arcos cerrados, originados en la historia mayor, es donde la propuesta gana originalidad y las metáforas tan sutilmente expuestas se vuelve múltiples, decididamente explícitas.

De alguna manera la dupla Brignone-Zómbolas replantea el sentido de las ficciones ("No vuelve la flecha después que fue lanzada"). Los personajes recorren todas las gamas de la angustia y descubren las instancias de un tránsito de variados matices.

Por el camino van quedando las máscaras que están presentes en las criaturas humanas. En Técnicas hay mucho de ilusiones muertas, un grito que se eleva al comprender que el acto de elegir por parte del individuo no es, como se supone, la génesis de su libertad. En el programa de este trabajo y a modo de introito puede leerse: "Para que las ramas de un árbol lleguen al cielo, sus raíces deben llegar al infierno" (aforismo alquímico medieval). Tal vez sea su síntesis exacta.

En lo formal y temático se ha dotado al trabajo -que puede verse en el teatro Espacios- de una saludable libertad crítica e imaginativa. Soslayando lo intensamente literario (que lo hay), el director Brignone logra que las intenciones se encuentren con los objetivos. Su puesta se mueve entre una nada desechable crudeza y la elaboración -con sentido- de nuestras propias equivocaciones. El bien y el mal se turnan en el dominio y el final surge bello (¿tal vez esperanzado?) mientras los actores entonan una suerte de canto gregoriano. Técnicas es, entonces, una muy buena sorpresa a cuyos méritos debe sumarse la participación de un equipo actoral bien adiestrado y consustanciado con lo que está expresando. Buena la labor del propio director, Jerry Brignone, junto a Fabiana Aballay, Zulma Buyutti, Ana Saccullo y Hele.na Bara.kovic. La mediatización del teatro es posible y, como se desprende, puede derivar en buenos resultados.

Luis Mazas"

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